26/04/2017 – El Catgas Energía no renovará el contrato de Dani Salgado, uno de los últimos iconos del fútbol sala colomense.
A unos meses de cumplir 37 años y tras nueve temporadas defendiendo la camiseta del primer equipo del Catgas Energía en tres etapas distintas, Dani Salgado y el club de su vida separarán sus caminos.
La entidad ha hecho oficial que no renovará el contrato del pívot, actual capitán del conjunto dirigido por Óscar Redondo. El presidente de Catgas, Vicente Garcia, se ha reunido personalmente con el futbolista para trasladarle la decisión. Garcia cree que hay que cerrar una etapa y buscar una renovación de la plantilla.
Proclamado máximo goleador de la Liga Nacional de Fútbol Sala en tres ediciones consecutivas (2012-2013, 2013-2014 y 2014-2015) y actual pichichi del Catgas en la LNFS con 23 dianas (cuarto en la clasificación global del campeonato), Salgado se prepara para disputar sus últimos minutos con la camiseta del bloque colomense.
Hasta aquí llega la noticia. En este punto podríamos detenernos y no darle más vueltas a algo que se sucede día tras día en el mundo del deporte. Es bien cierto que los jugadores pasan y los clubes se mantienen abiertos, a la espera de nuevos retos e iconos por descubrir.
Aún así, creo que la figura de Dani Salgado merece algo más. Vale la pena detenerse y analizar qué impacto ha tenido su carrera y personalidad en el fútbol sala de la ciudad.
Un generador de espectáculo
Por suerte he tenido el privilegio de disfrutar del talento de Salgado durante las últimas cinco temporadas en Catgas y he llegado a una conclusión. Dani es un tipo que no engaña; transparente en la pista. Es capaz de incendiar un partido en un segundo con un gol imposible, una asistencia mágica o una airada protesta dirigida hacia el colegiado.
Su mejor aliado siempre ha sido su estilo, porque nunca ha renunciado a él. Aunque con Óscar en el banquillo se ha sacrificado más, todos coincidiremos en algo: la defensa no es su hábitat. Pero eso no importa, porque Dani nos ha regalado siempre goles y destellos del fútbol sala más puro. De aquél deporte que en sus inicios dominaba la técnica individual y no el físico.
Hace pocos días hablaba con Salgado en el Pabellón Nuevo de Santa Coloma y, de repente, alguien se acercó hacia nosotros. Era un vecino que venía acompañado de su hijo. Le dio la mano y acompañó el saludo con un “muchas gracias”. Lo cierto es que desconozco qué clase de ayuda prestó Salgado a ese hombre y él tampoco quiso entrar en detalles. Simplemente comentó: “Este tipo de cosas son las que más me llenan. Las que pasan desapercibidas”.
Utilizo esta anécdota para hablar de cómo, a veces, el fuerte carácter del Dani futbolista puede desquiciar a los rivales. Es cierto. Salgado ha sido siempre un jugador temperamental, pero, cuando el silbato suena, el tipo cercano y dispuesto a ayudar vuelve a aparecer.
Siempre he pensado que, de no haberse roto el tendón de Aquiles en aquel fatídico febrero de 2014, esa temporada Catgas habría ganado un título o alcanzado alguna final. Fueron meses de odiadas sesiones de natación en Duet, de no poder tener las muletas quietas mientras miraba los partidos de sus compañeros y de carrera continua con el mítico Kurvito por el río Besós.
Al final, Dani Salgado volvió y lo hizo como siempre: marcando goles a raudales. Tras las marchas de símbolos como Rubén, Adolfo y Rafa López, Catgas perderá a final de temporada al cuarto integrante del quinteto que más huella ha dejado en el club en los últimos años.
La noticia, igual que la temporada pasada con la no continuidad de Passarrius, sale a la luz en un mal momento: cuando el equipo se juega el play-off en el último partido ante Ríos (viernes en casa a las 21h).
Como es lógico, otros jugadores vendrán o subirán desde la base, pero dudo que ninguno tenga ese instinto especial de ‘killer’ efectivo y, al mismo tiempo, de sentido del espectáculo. Aparte de un gran goleador y generador de juego ofensivo, Catgas y Santa Coloma pierden a un símbolo del futsal colomense más puro: el de intentar una vaselina ante el portero antes de ir a por el gol fácil. Ese es Dani Salgado.